Usûlun. Su historia (I)

Usûlun, luz de esperanza, es un pequeño pueblo de alrededor de 400 hombres y mujeres situado en el corazón de Gondor, en los duros valles superiores entre el río Ringló y las Montañas Blancas. Se fundó allá por el año 2992 T.E. por Sunthas Espinonegro; Grajo, su actual esposa y La Rosa, en aquel entonces líder de los refugiados…pero no adelantemos acontecimientos, jóvenes, pues para saber cómo llegaron estas almas nobles a los valles hay que saber por qué se marcharon de la capital del reino, Minas Tirith.

En aquellos tiempos las fronteras se habían plegando sobre si mismas, el abastecimiento de las fortalezas y puestos fronterizos era cada vez más complejo, los bandidos y los cada vez más frecuentes avistamientos de orcos habían hecho que la vida entre sus muros fuera muy dura, así lentamente fueron llegando las órdenes por mensajeros exhaustos de retirada a la capital, los muchos pueblos que habían nacido bajo la protección de esos puestos se vieron ante la decisión de permanecer solos o marchar todos juntos. Mucha gente abandonó sus hogares y emprendió un viaje durísimo a la Ciudad Blanca, familias enteras tomaron todo lo que tenían y se lanzaron a los caminos sin nada más que la esperanza de comenzar una nueva vida.

Pero la situación en Minas Tirith no era mucho mejor, el antaño respetado aunque no amado Templo a Varda estaba en la fase final de su declive, apenas se realizan ceremonias y en todos reinaba un espíritu de estar viviendo el final de un tiempo, un joven Sunthas comenzaba a dar sus primeros pasos. Así cuando los refugiados llegaron a los muros blancos chocaron con la inflexible burocracia pues para poder habitar en el interior de la ciudad debías acreditar un oficio y estar avalado por uno de los influyentes gremios…¿qué pasó entonces os preguntaréis?, muchos de los recién llegados llevaban una vida de oficio pero al no conocer a nadie y no disponer de influencias fueron quedándose fuera de las pruebas que éstos exigían. Lentamente, día tras días y semana tras semana fueron legando refugiados y lo que en principio fueron unas pocas tiendas se convirtió en otra ciudad, la Ciudad de Madera.

Y aquí justamente es donde comienza todo, porque el buen Sunthas, profundamente apenado por la situación de los refugiados y dolido por la indolencia del templo utilizó todos los medios en su haber para cambiarlo. Negoció, sobornó y luchó para conseguir la admisión de algunos artesanos y sus familias en el interior de la ciudad, repartió comida, agua y ayudó en cuanto pudo pero su lucha no pasó desapercibida, la familia Usûluni, apiadados por la fuerza de sus actos y sus palabras, cedió las tierras que ya todos conocéis para fundar lo que ahora es Usûlun. Viajaron con él tantos como lo desearon y aunque los comienzos fueron duros os digo que es una historia apasionante y hermosa aunque tal vez para otra ocasión.

«Ahora idos a casa», dijo La Rosa.

Antes de entrar en su hogar miró al cielo confiando en que en aquella noche limpia de invierno los viajeros se encontrasen bien fuera donde quiere que estuviesen.

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